Historia de la Aldea sin nombre



A mis compañeros/as

Cuentan los mas viejos del lugar, que en un lejano desierto de oriente existió una aldea  en un cruce de caminos. La aldea fue creada por varios reinos cercanos para mejorar la vida de los habitantes de los poblados vecinos. A ella fueron llegando gente de diversa condición para desempeñar diferenfes oficios. Todas las mañanas, al amanecer antes de atender sus obligaciones tanto dentro de sus muros como ayudando a las gentes de poblados cercanos, sus habitantes se reunian en la plaza junto al pozo para compartir el desayuno y contar historias y sueños. Luego, el jefe del poblado, repartia las tareas y despachaba con sus consejeros y consejeras. Durante años llegaron a la aldea gente de diversos lugares, gente creativa y muy valiosa que a medida q se marchaban dejaban en la memoria de los demás, reuerdos y experiencias que enriquecian la conciencia común de la aldea.

Sus habitantes, a pesar del trabajo y de los problemas de la región, buscaban siempre un rato para compartir con sus vecinos sus miedos, sus alegrias y sus proyectos; así al anochecer si el viento era favorable se enviaban pequeños mensajes de casa en casa atando pequeños trozos de pergaminos a las semillas de la planta del wasara que impulsada por el viento podia llegar a cientos de codos de distancia. Así, si no se habian visto al amanecer, o alguien estaba enfermo o decaido, podian saber que novedades habian sucedido durante la jornada en cada casa, y otras veces, unicamente inventaban historias para hacer reir y hacer felices a sus convecinos.

Durante años en la aldea fueron felices a su manera y aunque sus corazones se llenaban de alegria con cada nuevo habitante, su espíritu se desgarraba un poco con cada partida, de forma que al despedir al que se marchaba, compartian una oracion en la que le deseaban un pronto reencuentro.

Sin ser ajenos a los vientos de cambio de la era que les tocó vivir, se decian unos a otros que habia màs vida fuera de sus muros, que si los Dioses decidian que llegaba el momento de abandonar la aldea, llevarian en sus corazones el calor de la compañia, el olor de la noches de lluvia,  el sabor de un té al atardecer y la sabiduria de las vivencias compartidas.

A veces pasaban cerca de sus muros caravanas de comerciantes que les hablaban de aldeas parecidas, incluso más poderosas, que habían sucumbido a los caprichos de los principes que las crearon y ahora sólo quedaba de ellas sus edificios vacios de gente pero llenos de orgullos pasados y logros conseguidos. Otras veces, algun pequeño destacamento de tribus rivales, los señalaban desde el horizonte desafiantes en la creencia que derribando sus muros y separando a sus habitantes lograrian borrar en el tiempo el legado de la aldea.

No se sabe que fue realmente de ella,; pues las arenas del tiempo borraron aquella era de entrega y pasión a pesar de las adversidades, de las intrigas de los principes y califas, de la escasez de lluvias y grano, de la envidia de corazones vacíos. Pero cuentan que alguien que conoció a uno de sus primeros moradores, llevaba escrito cerca de su corazón los nombres de todos los habitantes que por ella pasaron y que no pasó un sólo día de su vida sin dar gracias a los Dioses por haberle puesto en el camino de gente tan extraordinaria y singular.

Os deseo de corazón que os pase lo que verdaderamente deseeis que ocurra.
Diciembre 2012

 

1 comentario:

  1. Menos mal que las arenas del tiempo no borrarán jamás lo vivido por cada una de las personas que llegaron a la aldea....

    Gracias por ese trocito de historia... gracias por permitir a nuestros corazones volver, por un ratito, a la aldea sin nombre...

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